Huevos Revueltos

En esta entrada te vamos a enseñar cómo se preparan unos auténticos Huevos revueltos esponjosos -parecidos a los de los buffets o americanos- sin agua ni leche, un plato que se conoce como el desayuno inglés perfecto y que está simplemente delicioso. 

El secreto de su éxito de esta receta es no sobrecocinar los huevos y por tanto, los puntos exactos de cocción, pero no te asustes, no hace falta ser  Karlos Arguiñano, y te lo vamos a explicar paso a paso.

¿Te animas? ¡Vamos a la cocina!

Ingredientes

• Dos huevos grandes.
• Dos cucharadas de mantequilla (o una cucharada de aceite de oliva o girasol en su defecto).
• Un pellizco de sal y pimienta. 
• Puedes decorar con perejil en polvo o picado, o cebollino, queda estéticamente muy bien.

Cómo hacer Huevos Revueltos Esponjosos

1. Colocamos una sartén en el fuego y añadimos la mantequilla. Subimos la potencia al máximo hasta que la mantequilla derrita y después la bajamos al mínimo.
2. Cascamos los huevos y los echamos a la sartén. Primero rompemos las yemas y posteriormente los removemos dándole vueltas. Si vemos que se están cocinando muy rápido podamos apartar la sartén y remover.
3. Cuando la textura de los huevos sea semi-sólida pero estén todavía un poco húmedos, apagamos el fuego y removemos unos 30 segundos más. Sacamos de la sartén rápido al plato que no se sigan cocinando.
4. Añadimos una pizca de sal y pimienta negra. 
5. Ya están listos nuestros saludables Huevos revueltos, que deben ser consumidos inmediatamente para disfrutar de todo su sabor. ¡Buen provecho!

Consejos para a receta

• Esta receta en principio es muy sencilla, pero conseguir unos Huevos revueltos perfectos con una textura esponjosa que se deshagan en el paladar es bastante más complicado. En este sentido, no debemos sobrecalentar la sartén, ya que de lo contrario quedarán duros y gomosos. Puedes levantar la sartén del fuego cada cierto tiempo para prevenir el exceso de calor. 
• El otro truco no citado es la mantequilla. Una abundante cantidad de mantequilla los hará más jugoso y se integra mejor que el rico y sano aceite de oliva. Si quieres un desayuno fitness puedes echarle menos aunque serán algo menos esponjosos (aún así, el 70% es el fuego bajo y remover mucho).
• No hace falta añadir leche para que la textura quede cremosa, de hecho puede producir el efecto contrario y endurecerla. Lo mejor es que batas los huevos con calma hasta que aparezca espumita, señal de que el aire se está introduciendo en la mezcla. Y la sal siempre se añade al final, ya que lo contrario lo resecará todo. 
• El tamaño de la sartén es importante, ya que si es demasiado grande los huevos se quemarán con mayor facilidad y al dispersarse por la superficie su textura será un desastre. La cocción siempre debe ser a fuego lento, ya que las altas temperaturas provocan una reacción en sus proteínas que harán que se cuajen demasiado. 
• Si esperas a que los huevos tengan el punto exacto en la sartén llegarán a tu plato pasados. Esto es debido al calor residual que todavía sigue cocinándolos. El aspecto que han de tener es de ligeramente poco hechos, con alguna parte que todavía esté un poco líquido. Así, en el medio minuto que tardes en servir en el plato estarán perfectos. 

Estos huevos combinan a la perfección con todo tipo de ingredientes, como por ejemplo pan tostado, jamón cocido, tocino, salchichas, chorizo o salmón, que pueden acompañar al plato añadiendo mucho colorido y sabor. También puedes utilizar salsas o hierbas aromáticas como perejil, eneldo, orégano y albahaca para conseguir un resultado totalmente distinto al habitual.