Sopa de Cebolla Francesa

En esta entrada te vamos a enseñar cómo se hace una exquisita Sopa de cebolla siguiendo la receta tradicional francesa, un plato de cuchara que es muy nutritivo, ligero y fácil de preparar. 

Para disfrutar en cualquier época del año, sobre todo cuando las temperaturas bajan y nos apetece tomar algo bien calentito. ¿Te animas? Pues ponte el delantal que vamos directos a la cocina. 

Ingredientes

• 6 cebollas dulces grandes.
• Un diente de ajo.
• 12 rebanadas de pan.
• 100 gramos de queso gruyere.
• 2 litros de caldo de carne.
• 60 gramos de mantequilla. 
• Un chorrito de brandy o coñac.
• 2 cucharadas de aceite de oliva.
• 3 cucharadas de harina.
• Sal y pimienta negra. 
• Opcional: una cucharada pequeña de azúcar.

Cómo hacer Sopa de cebolla

1. Pelamos las cebollas y las cortamos en juliana muy fina. Le quitamos la piel al ajo y lo picamos. 
2. En una cazuela grande echamos el aceite y la mantequilla. Calentamos hasta que se derritan. La mantequilla es muy calórica, pero le da el toque tradicional a la receta. No obstante, puedes eliminarla si deseas una sopa más ligera. 
3. A continuación, incorporamos las cebollas y el ajo a la cazuela. Se recomienda salpimentar en este momento, ya que la sal va a facilitar que las cebollas suden y por tanto se hagan antes. 
4. Removemos con ayuda de una cuchara de madera para que no se peguen. Cuando las cebollas se vuelvan transparentes es que están en su punto, no deben dorarse. Todo este proceso se hace a fuego muy lento y puede tardar perfectamente 20 o 25 minutos, pero merecerá la pena en el resultado final. 
5. Si no hemos usado cebollas dulces, puede que sea necesario añadir una cucharadita de azúcar. Sin embargo, debes tener cuidado para que no caramelice demasiado pronto y cambie el color de las mismas. 
6. En la misma cazuela, echamos la harina y removemos para que se mezcle bien con la mantequilla. Este efecto se conoce como Roux: facilita el ligado de los ingredientes y aumenta el espesor de la sopa.
7. Vertimos el brandy y cocinamos un par de minutos para que el alcohol se evapore. 
8. Ahora llega el momento de cubrirlo todo con caldo de verduras, carne o agua. Añadimos un poco de sal si fuera necesario y lo llevamos a ebullición. Bajamos la potencia al mínimo y cocemos durante 20 minutos. Has de tener en cuenta que la sopa lleva harina, por lo que si calentamos con el fuego alto lo más probable es que se pegue, algo que arruinaría por completo la receta. 
9. Mientras tanto, cortamos el pan en rebanadas, lo tostamos un poco y lo untamos con ajo. 
10. También encendemos el horno y lo precalentamos a 220 grados. 
11. Servimos la sopa en cuencos individuales, le colocamos una rebanada de pan y rallamos un poco de queso gruyere (o la variedad que más te guste) por encima. 
12. A continuación, metemos los cuencos en el horno y gratinamos durante 5 minutos a 220 grados de potencia. 
13. Ya está lista nuestra sabrosa Sopa de cebolla suave y deliciosa, perfecta para perder peso y acompañar un almuerzo o cena ligera. ¡Buen provecho!

Consejos para la Receta

• Puedes servirla en plato hondo pero la receta tradicional francesa es con un cuenco como el de la foto:
  

  

• Buena parte del éxito de esta receta recae en la calidad de las cebollas. Es indispensable que sean dulces, una variedad que podemos encontrar sin problemas en cualquier supermercado o tienda de barrio. 
• A unas malas, podemos usar cebollas normales, pero el sabor no será tan suave y cremoso. Como has podido comprobar, la elaboración es muy sencilla y el resultado simplemente espectacular: con un punto de almidón que crea una textura a medio camino entre una sopa y crema, lo que le da un encanto único a esta receta digna de reyes. 

Historia de la Sopa de Cebolla, una receta francesa

Como casi todas las sopas, la de cebolla tiene detrás una gran historia. Alexandre Dumas, que escribió las hazañas de “Los tres mosqueteros”, decía de ella que era la favorita de los cazadores, venerada por los borrachos y en general por todas las personas de mala vida. 

Fue una receta muy humilde hasta que el rey de Polonia, Estanislao Leczinski, la descubrió en una fonda francesa. El monarca era muy aficionado a la gastronomía y tanto le gustó su sabor que la incluyó en los platos habituales de la corte, ganando fama y popularidad en muy poco tiempo. 

La versión original estaba hecha a partir de pan seco, caldo de carne y cebollas caramelizadas o gratinadas, conocidas como la “soupe á l’oignon gratinée”.